sábado, 30 de octubre de 2010

VENEZUELA: POTENCIA ENERGÉTICA MUNDIAL




Enfoque
El acervo energético que posee nuestro país, posibilita el logro de una estrategia de desarrollo nacional que combine el uso soberano del recurso natural con la integración energética regional y mundial favorable a este proyecto nacional, convirtiendo a nuestro país, en el mediano plazo, en una potencia energética con influencia mundial.
Debido al creciente aumento de la demanda de energía fósil en el mundo y la  magnitud de las reservas de esas materias primas que posee nuestro país, el petróleo continuará teniendo una influencia significativa en el futuro de Venezuela. El petróleo será decisivo, más allá del horizonte del programa para la captación de recursos del exterior, la generación de inversiones productivas internas, la satisfacción de las propias necesidades de energía y para el apoyo al surgimiento y consolidación del Nuevo Modelo Productivo. Lo anterior, y el hecho de que la riqueza natural del país es patrimonio de todos los venezolanos, hacen indispensable que las actividades medulares de la industria de los hidrocarburos continúen en poder del Estado Venezolano.
La demanda mundial de energía de origen fósil mantendrá su participación en la
demanda total de energía y se profundizará su tendencia al mayor crecimiento en el Asia y particularmente en China e India. Se manifestará también un fuerte crecimiento de la demanda en Sudamérica y una disminución relativa del crecimiento de la demanda en Norteamérica. Sin embargo, dada su magnitud absoluta, la satisfacción de la demanda de hidrocarburos de Estados Unidos, continuará teniendo la mayor participación en la oferta venezolana. Todo lo anterior, junto con consideraciones de naturaleza geopolítica, fundamenta una revisión de la estructura del mercado petrolero venezolano.
Dado el crecimiento de la demanda mundial del petróleo, todo indica que para su
satisfacción, crecerá más aceleradamente la producción de petróleos no convencionales, particularmente de petróleos más pesados, lo que otorga a Venezuela una ventaja adicional debido a que la mayor parte de sus reservas están constituidas por petróleos con esas características. La elevación del nivel de precios del petróleo en el mercado mundial ha hecho económica y financieramente factible la extracción de petróleos más pesados. La producción de petróleo en el mundo en el largo plazo se concentrará más en los países que hoy son parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
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A pesar de que han aumentado las probabilidades de que se mantenga una tendencia irreversible al alza de los precios del petróleo crudo y del gas natural, no se debe perder de vista los requerimientos del desarrollo del país y la eventual persistencia de cierta volatilidad de los precios, que hacen imperativo el desarrollo de una estrategia para diversificar tanto como sea posible las fuentes de recursos fiscales.
Frente a un mundo en desarrollo, hambriento de energía, no podemos negarnos a producirla aunque sí podemos y debemos condicionar la producción de acuerdo a nuestros intereses nacionales. Más aún, debemos fomentar alianzas que nos permitan desarrollar no sólo las actividades de producción sino el resto de las actividades subsiguientes, de refinación y de petroquímica.
El petróleo como recurso natural no sólo puede considerarse una fuente rentística extraordinaria; también puede considerarse una palanca poderosa de desarrollo industrial que va más allá de su extracción y que abarca las actividades subsiguientes, es decir, primero la refinación y luego la petroquímica.
No sólo es ésta de por sí una política de desarrollo, sino también una estrategia
geopolítica. Es mucho más fácil sustituir el petróleo crudo o el gas natural que los derivados finales o los productos petroquímicos. Convertir a Venezuela en un centro  mundial de refinación y en una potencia petroquímica, es otra garantía más (y una garantía muy importante) en la defensa de nuestra soberanía nacional.
La soberanía nacional nunca constituye una conquista definitiva; la soberanía siempre hay que defenderla, o se corre el riesgo de perderla. La soberanía de un país con la riqueza natural de hidrocarburos como el nuestro, siempre está amenazada. Pero también constituye el petróleo potencialmente un arma poderosa de defensa. La mejor defensa, sin lugar a dudas, es desarrollar esta riqueza, y desarrollarla plenamente en todas sus fases, dentro y fuera del territorio nacional.
De manera que, necesariamente, la política de Plena Soberanía Petrolera es una
política internacional, de alianza con todos aquellos países –la gran mayoría– que insisten en desarrollarse como naciones, y no aceptan marginarse en un mundo supuestamente globalizado.
El consumo de hidrocarburos de origen fósil ha estado vinculado con patrones
industriales y de consumo depredadores del medio ambiente. El modo de producción capitalista no sólo estratifica a los seres humanos en categorías sociales irreconciliables, sino que impone un uso irracional y ecológicamente insostenible de los recursos naturales. El capitalismo ha socavado las condiciones de vida en la Tierra. El impacto de las actividades humanas ha superado con creces la capacidad de carga del planeta, y son precisamente los pobres los que se ven más afectados por la degradación ambiental. La producción y el uso de los recursos petroleros y energéticos deben contribuir a la preservación del ambiente.

En cuanto al potencial hidroeléctrico, se pueden distinguir dos dimensiones a ser
superadas: primero, es necesario incrementar la capacidad de generación de energía hidroeléctrica y al mismo tiempo promover la producción termoeléctrica basada en el aprovechamiento de otro recurso en el cual poseemos ventajas como es el gas. En segundo lugar, es necesario fortalecer y desarrollar la ampliación y distribución de la energía hidroeléctrica.
       a). La industria petrolera se orientará a profundizar la política de maximización de la captación de la renta en todas las fases del proceso y a fortalecer la participación fiscal en los ingresos, mediante la mejora en el perfeccionamiento de las alianzas estratégicas y en el proceso administrativo interno, en particular, para hacer efectivo el establecimiento de una nueva forma de distribución de la renta petrolera internacional.
      b). La industria petrolera nacional deberá profundizar y ampliar más  aceleradamente su orientación al desarrollo endógeno, persiguiendo el  agotamiento de las posibilidades de generación de actividades económicas en   el país a partir de la explotación del recurso. Será prioritaria la inversión para mantener e incrementar el nivel probado de las reservas y la capacidad de producción; la inversión para la agregación de valor a los productos de la extracción, tanto para satisfacer demanda interna como para la exportación, y la inversión para la autosuficiencia en los insumos, bienes, obras y servicios de toda naturaleza que requiere la industria de los hidrocarburos.
        c). Dado el evidente impacto de la actividad petrolera y de la utilización de los  hidrocarburos como fuente de energía en el ambiente en general y en   asentamientos humanos particulares, su producción y utilización deberán contribuir de manera efectiva a la preservación y mejora del ambiente y la calidad de vida de las comunidades directa e indirectamente afectados en el país.
        d). La industria petrolera nacional es corresponsable de primera línea en la generación y crecimiento del Nuevo Modelo Productivo, mediante el fomento. Acelerado de unidades de la Economía Social en las actividades económicas de producción de bienes y servicios y construcción de obras en el país que le sirvan de proveedores y a las cuales provea sus productos.
        e). Dada la privilegiada posición de la demanda de energía en el mundo y los recursos del país, la economía de los hidrocarburos deberá seguir teniendo un papel relevante en la política internacional de Venezuela para el fortalecimiento  de relaciones multipolares en el planeta y en particular para la política de  integración Latinoamericana y Caribeña.
         f). La necesidad de sostener los costos de producción y de orientar sus actividades al desarrollo endógeno, hace obligante privilegiar la inversión y las actividades relativas a la investigación y al desarrollo tecnológico en todos los campos que tienen relación con la producción de hidrocarburos, con la producción de sus insumos y con la transformación de sus productos.
         g). En cuanto a la energía hidroeléctrica, la inversión en conjunto de grandes proyectos aumentará la demanda de energía eléctrica en Guayana, pero la mayor parte de los nuevos grandes proyectos de desarrollo productivo y transporte en el mediano y largo plazo, no se ubicarán en esa región sino en  otras con ventajas comparativas como el eje Norte-Llanero.
         h). La satisfacción del déficit coyuntural interno de gas en el occidente del país para la producción petroquímica, así como su utilización para la generación de energía eléctrica, para atender el crecimiento del consumo doméstico, para las necesidades de la misma producción de petróleo, para su exportación en forma de licuado y para el transporte, obliga mantener un estricto seguimiento del balance entre las magnitudes de las reservas, su producción y su utilización.
         i). Para la creciente satisfacción de la demanda interna, la industria de la energía eléctrica deberá hacer un importante esfuerzo en la ampliación y mejora de la distribución de energía. En particular, las empresas del Estado involucradas en la producción y distribución de energía eléctrica, deberán mejorar sustancialmente su eficiencia
Objetivos
*  Convertir a Venezuela en una potencia energética regional y fortalecer la integración energética Latinoamericana y Caribeña.
*  Acelerar la siembra de petróleo, profundizando la internalización de los hidrocarburos para fortalecer la diversificación productiva y la inclusión social
*  Asegurar que la producción y el consumo de energía contribuyan a la preservación del ambiente.
*   Propiciar, un cambio radical hacia la generación térmica de energía eléctrica adicional con base en el gas y otras fuentes de energía alternativas.
                                                                                  
Estrategias y Políticas

 1.  Profundizar la internalización de los hidrocarburos.
     1.1 Potenciar e incrementar la capacidad de producción de los hidrocarburos.
     1.2 Aumentar la capacidad de refinación de petróleo.
     1.3 Desarrollar la industria del gas natural libre.
     1.4 Asegurar la soberanía en el negocio de los hidrocarburos.
     1.5 Consolidar la red interna de distribución de hidrocarburos  líquidos y sus derivados.
  1.6 Fomentar Empresas de Producción Social (EPS) relacionadas productivamente con la industria de hidrocarburos.
2. Incrementar la producción de energía eléctrica, expandir  y adaptar el sistema de transmisión y distribución.
     2.1 Incrementar la generación de electricidad con energía fósil.
     2.2 Completar el desarrollo del potencial hidroeléctrico del país.
     2.3 Ampliar y mejorar la red de transmisión y distribución de la  electricidad.
     2.4 Sanear las empresas públicas del sector eléctrico y mejorar la eficiencia y calidad de servicio.
3. Propiciar el uso de fuentes de energía alternas, renovables   y ambientalmente sostenibles.
      3.1 Incentivar la generación de fuentes alternas de energía.
      3.2 Incrementar la generación de electricidad con energía no  convencional y combustibles no hidrocarburos.
      3.3 Aplicar fuentes alternas como complemento a las redes  principales y en la electrificación de zonas aisladas.
4. Promover el uso racional y eficiente de la energía.
      4.1 Introducir la tecnología que permita la mayor producción de electricidad por unidad de energía primaria utilizada.
      4.2 Mejorar el uso de la red de distribución y comercialización de la energía.
    4.3 Establecer precios relativos de las diferentes formas de energía considerando su costo de oportunidad.
      4.4 Racionalizar el consumo de energía.
                                                                         
5. Profundizar la política de maximización de la captación de la  renta petrolera en todas las fases del proceso.
      5.1 Mejorar los procesos administrativos relacionados con la industria.
      5.2 Fortalecer la contribución fiscal en la industria de los hidrocarburos.

6. Preservar y mejorar el ambiente y la calidad de vida de las comunidades afectadas por la utilización de hidrocarburos, como fuente de energía.
   6.1 Desarrollar proyectos petroleros, gasíferos y petroquímicos ambientalmente sustentables.
     6.2 Preservar y fortalecer las actividades productivas  tradicionales y endógenas.
      6.3 Mejorar las condiciones de vida de los centros poblados,  adyacentes a las actividades del sector.

7. Fortalecer la integración Latinoamericana y Caribeña.
      7.1 Desarrollar alianzas energéticas en el contexto de la integración regional.
    7.2 Desarrollar y consolidar regionalmente los procesos asociados al desarrollo endógeno del sector.
     7.3 Consolidar las alianzas con Estados de las áreas de interés estratégico.
8. Privilegiar la inversión en investigación y desarrollo tecnológico en materia de hidrocarburos y energía eléctrica.
     8.1 Apoyar la investigación en centros de estudio y dentro de la propia industria petrolera y eléctrica.
      8.2 Apoyar la investigación para mejorar la producción,  transformación y distribución de hidrocarburos y energía eléctrica.
      8.3 Apoyar la investigación para el desarrollo de insumos de la industria petrolera



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